Es un procedimiento para disminuir el tamaño de las glándulas mamarias y para corregir la caída o ptosis de las mismas. Se aplica a mujeres con senos grandes (hipertrofia) o caídos (ptósicos). La cantidad de tejido mamario cambia en proporción con el peso, con el embarazo, y por cambios hormonales. La reducción mamaria busca varios objetivos como son reubicar en una posición más alta la areola y el pezón y mejorar la forma del seno mediante la reducción de su tamaño.
Candidatas:
Mujeres con:
• senos grandes, péndulos y pesados que tengan o no la areola mirando para abajo.
• senos asimétricos.
• dolor en la espalda de intensidad variable.
• lesiones de piel alrededor de los senos, como consecuencia del volumen exagerado de los mismos.
• alteraciones de orden psicológico debido a incomodidad o a inconformidad por la forma de los senos.
Nombre del procedimiento: Mastoplastia Reductora
Duración: De 3 a 4 horas (dependiendo del tamaño de los senos).
Anestesia: General.
Hospitalización: Ambulatorio. En algunos casos puede ameritar una noche de hospitalización.
Síntomas post-operatorios: Inflamación, dolor moderado, equimosis (morados), sangramiento leve a través del drenaje.
Riesgos: Dolor, hematomas, infección, lesión cutánea.
Recuperación:
• De 2 a 3 semanas para reintegrarse al trabajo.
• De 3 a 4 semanas para realizar ejercicios tipo caminatas.
• De 4 a 8 semanas para resolución completa para realizar cualquier tipo de ejercicio o fuerza.
Duración de Resultados: Permanentes, siempre y cuanto se mantenga un peso estable.
Deberá dormir boca arriba los primeros días, luego de lado, con el sostén post-operatorio, por un mes aproximadamente.
Podría estar contraindicada en personas consideradas grandes fumadoras. El tabaco perjudica la circulación capilar y consecuentemente la cicatrización. En pacientes jóvenes menores de 18 años. En caso de padecer alguna enfermedad que pueda interferir con el proceso quirúrgico o la anestesia. Es imprescindible realizar un estudio mamario previo como mamografía.
Depende del tipo de trabajo que realice. Si el trabajo es de oficina o similar podrá incorporarse siete días después de la intervención. Para trabajos que exigen movimientos o esfuerzos luego de 15 a 21 días.
Éste es uno de los aspectos que más preocupan a las pacientes que deciden realizarse una cirugía de este tipo. En caso de reducción mamaria las cicatrices son en forma de T invertida (En la mayoría de los casos las cicatrices son poco visibles). Es muy personal la forma de realizar la sutura de estas cicatrices. Actualmente, se están realizando varios tipos de afrontamiento para tratar de disminuirlas lo más posible. En nuestras pacientes trabajamos con mínima tensión para obtener cicatrices menos visibles o imperceptibles.
Debemos diferenciar entre las cicatrices hipertróficas y los queloides. Las cicatrices hipertróficas son engrosamientos que se producen por maltrato de la piel, mala sutura o infección en la cicatriz y que pueden ser nuevamente resecadas (eliminadas) con una nueva resutura de la cicatriz. Esto es realizado con anestesia local y en muy corto tiempo en el consultorio. Los queloides, si hay una predisposición genética, saldrán en cualquier parte en donde usted tenga una cicatriz. En estos casos, es conveniente aplicar radioterapia dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la intervención. Si usted tiene predisposición genética a la formación de queloides, debe comunicárselo a su médico para que tome las debidas previsiones.
Esto es variable, en cada paciente el comportamiento es sustancialmente distinto. Depende de varios aspectos como la raza, el estado nutricional, la tensión de la herida, la edad de la paciente, la presencia de enfermedades asociadas, la exposición al sol, etc. En términos generales tenemos:
• Los primeros treinta días: la cicatriz se puede mostrar algo enrojecida, con cierta reacción a las suturas y a las cintas adhesivas.
• Entre treinta días y un año: la cicatriz pasa de rosado o rojo a un tono marrón, con tendencia a aclararse aún más.
• Luego de un año: la cicatriz deja de ser consistente, se torna muy blanda y blanquecina y, en algunos casos, puede ser casi imperceptible a simple vista.
La fiabilidad de las mamografías es la misma. Por cuestión de control recomendamos una a los seis meses de la intervención. A partir de entonces deberá seguir la frecuencia que le marque su especialista.